Esta semana, el presidente argentino Javier Milei declaró que su país evalúa abandonar el Mercosur si no se flexibilizan sus normas y mecanismos de integración.
La afirmación, realizada en una conferencia en Córdoba, reabre una antigua tensión en el bloque económico sudamericano, del cual Chile es país asociado desde 1996.
La reacción no tardó en llegar. Paraguay y Brasil expresaron preocupación por la amenaza de ruptura, mientras Uruguay reafirmó su interés en avanzar hacia acuerdos bilaterales extrazona. Si bien Argentina ha planteado críticas al Mercosur en varias oportunidades, la contundencia del anuncio actual marca un punto de inflexión.
¿Qué implicancias tendría una eventual salida para Chile? En 2024, el intercambio comercial bilateral con Argentina superó los USD 5.400 millones, siendo el tercer socio regional en importancia después de Brasil y Perú. Gas natural, alimentos, aceites y trigo figuran entre las principales importaciones, mientras que cobre, productos del mar, frutas y químicos encabezan las exportaciones nacionales.
Una ruptura institucional en el bloque generaría efectos inmediatos:
Nuevas incertidumbres arancelarias en cadenas regionales de valor.
Mayor complejidad para certificar origen y validar preferencias comerciales.
Riesgo de descoordinación logística en pasos fronterizos y transporte terrestre.
A diferencia de 2024, cuando las diferencias entre socios eran más bien técnicas, hoy la amenaza es explícitamente política y estratégica. El retiro de Argentina del Mercosur obligaría a rediseñar las reglas del comercio intrarregional, en momentos en que América del Sur enfrenta además un panorama económico frágil, con presiones inflacionarias, escaso crecimiento y volatilidad cambiaria.
En este contexto, Chile podría verse en la necesidad de fortalecer su estrategia comercial bilateral, activando mecanismos directos con cada uno de los países miembros. El futuro del Mercosur —y de la integración sudamericana— está en revisión. Lo que ocurra en los próximos meses no solo redefinirá el mapa comercial de la región, sino también la manera en que los países como Chile se posicionan en un entorno cada vez más fragmentado.
Fuente: Prensa – Cámara Aduanera de Chile